domingo, 11 de julio de 2010

Vecors Scriptus, escriba de los Matazombies

Esta es mi historia, la historia de Vecors Scriptus, el hijo de nobles imperiales que terminó sus días relatando las aventuras de una tribu aislada de los Reinos Ogros.

Nací en el seno de una familia acomodada de Altdorf, la capital del Imperio. No diré qué familia, ya que por algo estoy aquí perdido en las montañas.

Comenzaré relatando mi historia por el final, o mejor dicho, por el inicio de una nueva etapa. Por el día que un ogro decidió no comerme.

Luego contaré cómo fue que estaba totalmente enajenado, en harapos y casi desfalleciendo de hambre cuando una partida de ogros mercenarios pasó junto al árbol seco donde estaba esperando mi muerte.

Tengo pocos recuerdos de esos días cercanos a la locura, pero lo que sí conserva mi memoria son algunos segundos sueltos, dispersos. Como por ejemplo escuchar:

--Que pequeñajo flaco, ¿lo comemo?

Era una voz estentórea, como un dragón ronco. Era la primera vez que escuchaba a Ren Culoasesino.

Luego recuerdo haber abierto los ojos y ver una inmensa boca con cuatro dientes, para ser apartado enseguida y ver uno de los rostros más grandes y horribles que había visto en esos primeros 35 años de mi vida.

Era el rostro de Ren, cubierto de cicatrices y con un parche en el ojo. El aliento era demoledor cuando dijo:

--No lo comeremo. Tiene un libro. En mis viajes pude ver que esos cosos pueden hacer sabio a uno con sólo tenerlo. Este pequeñajo puede ser útil para que mi padre por fin me acepte, le llevaré un sirviente digno de un rey ogro.

Así empezó mi historia con los ogros de la tribu de los Matazombies. Tuve que recuperarme en tan sólo un día, porque sino lo que me esperaba era algo más terrible que la muerte. A los pocos días comencé a redactar cualquier aventura o juego que realizacen Kiang o Ren, y luego se los relataba cada noche, junto a la caldera, y los ogros quedaban extasiados.

Yo, que por un problema, que relataré en otra ocasión, terminé casi muerto bajo un árbol, había renacido, y estaba conociendo la gloria.

Desde ese día soy el escriba de los Matazombies, y dejo por escrito todo lo que les sucede. Algún día seré reconocido entre mis pares de la Universidad de Altdorf por el trabajo antropológico que estoy realizando aquí. Pasarán muchos años, pero lograré volver con la frente en alto, y borrar el mal que le hice a mi familia.

2 comentarios:

  1. que buena...seguire las historias de Vecors con atencion
    saludos

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  2. Gracias, Morfo! seguiremos con las historias de los ogros Matazombies, relatadas por Vecors.

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